Las últimas recomendaciones actualizadas este año por el Consejo Argentino de Oftalmología (CAO) advierten los primeros controles al nacer y a los 3 meses, 6 meses y 12 meses. En este punto, la médica oftalmóloga Dora B. Cambas, miembro del Consejo Argentino de Oftalmología, de la Sociedad Argentina de Oftalmología Infantil indica que “generalmente la consulta oftalmológica llega cuando los padres o maestros detectan que 'algo anda mal', pero son muy pocos los que llevan a sus niños a los controles preventivos, y son entonces, los médicos pediatras los principales aliados del oftalmólogo y quienes remiten a los niños a los controles”.
El control oftalmológico debe formar parte de los estudios de pesquisa en todos los recién nacidos sanos. Este examen permite mediante la inspección de los párpados, la transparencia de la córnea, los reflejos pupilares, entre otros la detección y evaluación de anormalidades como malformaciones del segmento anterior, el glaucoma congénito, "y con el examen de fondo de ojo podemos detectar patologías como la catarata congénita, infecciones congénitas (toxoplasmosis, rubéola), malformaciones del nervio óptico y de la retina, entre otras", reconoce la profesional.
“La detección temprana es fundamental, nos permite prevenir problemas serios de visión en el niño”, explica Cambas. En el examen de fondo de ojo el médico oftalmólogo mira las estructuras internas del ojo. Para ello previamente el especialista coloca gotas en cada ojo que producen la dilatación las pupilas, y esto permite al médico con una lupa y una luz brillante realizar el examen: “fondo del ojo”. No duele. El recién nacido no siente nada, a lo sumo una leve fotofobia (molestia por la luz utilizada), incluso el bebé puede estar durmiendo durante el estudio, y el efecto de la dilatación pupilar dura un par de horas.
Las consultas
A los tres años y a los 6 años el examen va habitualmente, dirigido a la detección de problemas refractivos (anteojos), y de alineación ocular (estrabismos) que son los más frecuentes en este grupo etario. Pero es fundamental entender la importancia de que cualquiera de estas patologías frecuentes en la consulta (anteojos y estrabismo), pueden asociarse a problemas más graves, por lo cual siempre el examen debe incluir un fondo de ojo. "El médico especialista en oftalmología también llamado oculista, es el único capacitado para garantizar un examen visual completo e integral en el niño", recuerda la especialista.
Consideraciones:
• Un examen visual completo incluye la determinación de: la agudeza visual cercana y lejana, tanto de cada ojo por separado como binocularmente; la visión de los colores; la alineación ocular; los movimientos oculares; la capacidad de lectura, importante para la detección temprana de la dislexia; la visión periférica; el examen de las estructuras anteriores del ojo (biomicroscopía) y de las posteriores (fondo de ojos). En caso de detectarse alguna alteración en cualquiera de estas evaluaciones, podría ser necesaria la realización de estudios específicos de mayor complejidad.
• Un control oftalmológico completo realizado en el momento oportuno puede marcar la diferencia entre un niño con dificultades de aprendizaje, inseguridad en la interacción con su entorno, y condenado a deficiencias visuales permanentes, de un chico seguro y feliz.
Fuente: Consejos de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP)